Conversar sobre el patrimonio, implica poner en valor dos pilares fundamentales en el ámbito cultural: material e inmaterial. Lo palpable por el sentido del tacto pero también aquello que se percibe por otros sentidos como son la vista y los sentimientos arraigados.
La UNESCO es el punto de estudio, investigación e inflexión para la declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial incluyendo prácticas y expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes escénicas, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional
Véase a continuación el listado de cada uno de los elementos inscritos como Patrimonio Cultural Inmaterial, desde el más reciente al más antiguo en declaración

Toque manual de campanas
A lo largo de los siglos, el toque de campanas ha servido como medio de expresión y comunicación en España, cumpliendo una serie de funciones sociales, desde el intercambio de información hasta la coordinación, la protección y la cohesión. Los mensajes codificados que se transmiten a través de los distintos tañidos son reconocidos por las distintas comunidades y contribuyen a estructurar la vida local. Existe una gran variedad de sonidos determinada por las técnicas (repique, volteo o medio volteo) combinadas con las habilidades de los campaneros y las características físicas y propiedades acústicas de las campanas, torres y campanarios. Estos elementos convergen para crear un profundo y rico repertorio tanto en el ámbito religioso como en el cívico para marcar distintos momentos del día, alertar a la población de acontecimientos naturales, como incendios o inundaciones, o de cortejos fúnebres, y anunciar decretos y otras noticias. Los toques de campana son también una parte central de los eventos, celebraciones y espectáculos locales. La práctica se transmite de los campaneros a las generaciones más jóvenes y a través de grupos u organizaciones de campaneros que, además de documentar e investigar la práctica, también tocan, transmiten, instruyen y difunden el arte del toque tradicional de las campanas. La mayoría de las personas que transmiten estos conocimientos son a su vez jóvenes que intentan reclutar nuevos entusiastas para continuar la práctica.

Los caballos del vino
La fiesta ecuestre llamada “Los Caballos del Vino” tiene lugar del 1º al 3 de mayo de todos los años en la localidad de Caravaca de la Cruz, durante las celebraciones en honor de la Santísima y Vera Cruz. Esta fiesta comprende una serie de eventos que tienen por protagonistas a los caballos. Enjaezados con soberbias capas bordadas de seda y oro, estos animales desfilan en cortejos de carnaval por las calles de Caravaca de la Cruz flanqueados por los cuatro adiestradores que los conducen y seguidos por todos los habitantes de la ciudad. El momento culminante de la fiesta es la carrera contra reloj que los caballos emprenden, flanqueados una vez más por cuatro adiestradores, para llegar a lo alto de la empinada pendiente que conduce al castillo de la ciudad. Los ganadores de la carrera y los enjaezamientos más vistosos son galardonados con distintos premios.
Los conocimientos y prácticas relativos a la cría, el mantenimiento, el manejo y la conducción de los caballos se transmiten en el seno de las familias y grupos de practicantes de este elemento del patrimonio cultural inmaterial, y las técnicas del bordado se aprenden en el hogar o en talleres. También se han venido transmitiendo de generación en generación los valores de respeto y colaboración que deben presidir la relación entre el ser humano y el caballo. La viticultura y la cría caballar son dos actividades indisociables de la economía, la historia y la cultura de la región de Caravaca. Esta fiesta valoriza la camaradería y la solidaridad, al conferir a sus participantes el sentimiento de pertenencia a un grupo socialmente cohesionado.

Artesanía y elaboración de la Talavera de Puebla y Tlaxcala, y de la cerámica de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo
En las ciudades mexicanas de Puebla y Tlaxcala, así como en las localidades españolas de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, hay sendas comunidades de artesanos que fabrican con métodos tradicionales objetos de cerámica de estilo talaverano para usos domésticos, decorativos y arquitectónicos. Aunque las técnicas de la alfarería han evolucionado tanto en México como en España, en particular con la utilización de tornos eléctricos, los procedimientos de fabricación, decoración y esmaltado de este tipo de cerámica siguen siendo artesanales e idénticos a los practicados en el siglo XVI.
Los conocimientos teóricos y prácticos relacionados con este elemento del patrimonio cultural vivo abarcan la preparación de la arcilla, su modelación con un torno o un molde, la ornamentación de la pieza modelada, la preparación de los pigmentos y el esmalte y la cocción en el horno, operaciones todas ellas que exigen una gran destreza. Algunos alfareros y ceramistas realizan todas las etapas de la fabricación y otros se especializan en algunas tareas específicas. En su mayoría, los depositarios de los conocimientos relativos a esta fabricación artesanal –incluidos los relativos a la extracción de la materia prima, el procesamiento de los materiales, la decoración y las técnicas de cocción– son maestros alfareros y ceramistas que han adquirido sus competencias con el correr del tiempo y las han transmitido oralmente a las jóvenes generaciones, ya sea en sus talleres o en el seno de sus familias. Cada taller posee una identidad propia que se manifiesta en detalles específicos de los modelados, ornamentaciones, colores y esmaltes de las piezas. La fabricación artesanal de este tipo peculiar de cerámica es un símbolo identitario esencial en México y en España.

La tamborrada
Las tamboradas son repiques rituales intensos, prolongados y acompasados de miles de tambores que redoblan repetidamente, tanto de día como de noche, en numerosos espacios públicos de pueblos y ciudades. Todos los años contribuyen a crear un ambiente sonoro, fascinante y cargado de emoción, que suscita en las comunidades sentimientos de identidad y comunión colectivas. Muchas tamboradas forman parte de las celebraciones católicas de la Semana Santa y revisten una significación especial en función de los lugares, días y momentos en que se ejecutan. Independientemente de que tenga un carácter religioso o civil, devoto o lúdico, este elemento del patrimonio cultural engendra sentimientos de respeto mutuo entre sus practicantes.
La fabricación de los instrumentos, así como de las indumentarias con que se engalanan los participantes, propician el desarrollo de una rica artesanía local en la que desempeñan un papel importante las familias en general, y más concretamente las mujeres. Además, la celebración de comidas en común en los espacios públicos consolida los lazos de convivencia entre los miembros de las comunidades que preparan, a lo largo de todo el año, estas festividades rituales. Los miembros más experimentados de los grupos de tamboreros se encargan de transmitir las prácticas y conocimientos correspondientes a los más bisoños, comunicándoles un fuerte sentimiento de pertenencia al grupo y de honda identificación con este ritual colectivo. Su transmisión intergeneracional también se efectúa mediante la organización de tamboradas nacionales e infantiles, de concursos diversos y de talleres de aprendizaje del repique o de confección y bordado de indumentarias tradicionales.

Conocimientos y técnicas del arte de construir muros en piedra seca
El arte de construir muros en piedra seca comprende los conocimientos y prácticas sobre su realización con un mero apilamiento de piedras sin usar otros materiales de construcción, salvo tierra también seca en algunas ocasiones. Estos muros están muy extendidos dentro y fuera de las zonas habitadas en la mayoría de las regiones rurales, principalmente en los terrenos escarpados, aunque también se pueden hallar en algunas regiones urbanas. Su estabilidad estructural se obtiene gracias a una selección y colocación sumamente cuidadosas de las piedras. Con esos muros se han creado diferentes tipos de hábitat humanos, así como de estructuras para la agricultura y la ganadería, que han configurado paisajes muy numerosos y variados.
Estas construcciones constituyen un testimonio de los métodos y prácticas usados por las poblaciones desde la prehistoria hasta la época moderna, con vistas a organizar sus espacios de vida y trabajo sacando el máximo partido de los recursos naturales y humanos locales. Los muros de piedra seca desempeñan un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas, en la lucha contra la erosión y desertificación de terrenos, en la mejora de la biodiversidad y en la creación de condiciones microclimáticas propicias para la agricultura. Los depositarios y practicantes de este elemento del patrimonio cultural son las comunidades rurales en las que está profundamente arraigado, así como los profesionales del sector de la construcción. Las estructuras en piedra seca se realizan siempre en perfecta armonía con el medio ambiente y las técnicas usadas son un ejemplo de relación equilibrada entre el ser humano y la naturaleza. La transmisión de este arte de la construcción se efectúa principalmente mediante la práctica adaptada a las condiciones específicas de cada lugar.

Fallas de Valencia
Celebrada para saludar la llegada de la primavera por comunidades de la ciudad y región de Valencia y por la diáspora valenciana emigrada al extranjero, esta fiesta tradicional se caracteriza por la construcción e instalación de enormes grupos escultóricos (fallas) compuestos por efigies caricaturescas (ninots), que los artistas y artesanos locales crean inspirándose en sucesos de la actualidad política y social. Para simbolizar la purificación y renovación primaverales de la actividad social de las comunidades, las fallas se erigen en las plazas de la ciudad entre el 14 y el 19 de marzo y se les prende fuego este último día, que marca el fin de los festejos. Mientras dura la fiesta desfilan por las calles bandas de música, el público come al aire libre y se tiran numerosos castillos de fuegos artificiales. Se elige a una reina de la fiesta, la “Fallera Mayor”, que asume la tarea de promover la festividad durante un año, alentando a la población local y a los visitantes a contribuir a la preparación de los festejos y participar en ellos.
Las prácticas y los conocimientos vinculados a este elemento del patrimonio cultural se transmiten en las familias, y en particular dentro de las dinastías de artistas y artesanos fabricantes de ninots que se agrupan en gremios constituidos en el seno de las comunidades ciudadanas participantes. Las Fallas de Valencia propician la creatividad colectiva y la salvaguardia de las artes y artesanías tradicionales. También constituyen un motivo de orgullo para las comunidades y contribuyen a forjar su identidad cultural y su cohesión social. En el pasado, esta fiesta permitió también que se preservara la lengua valenciana cuando se prohibió su uso.

La cetrería, un patrimonio humano vivo
En un principio, el hombre utilizó el arte de la cetrería para procurarse alimentos, pero su evolución posterior hizo que hoy en día esté vinculado principalmente a la conservación de la naturaleza, al patrimonio cultural y a las actividades sociales de las comunidades. De conformidad con sus tradiciones y principios éticos, los cetreros doman, alimentan y adiestran para el vuelo aves de presa –halcónidos, y también águilas y acipítridos–, creando un vínculo con ellas y convirtiéndose en sus principales protectores. Practicado en muchos países de todo el mundo, el arte de la cetrería puede presentar algunas variantes prácticas –por ejemplo, en los equipamientos utilizados– pero sus métodos son siempre análogos. Los cetreros se consideran un grupo específico. A veces viajan juntos durante semanas, cazando y contándose luego mutuamente las vicisitudes de cada jornada en las veladas que organizan. Consideran que la cetrería les une al pasado, especialmente cuando pertenecen a comunidades en las que este arte representa uno de sus últimos vínculos con el medio ambiente natural y su cultura tradicional.
Las prácticas y conocimientos relacionados con este elemento del patrimonio cultural inmaterial se transmiten de generación en generación en el seno de las familias, así como mediante sistemas de tutoría formal y aprendizaje o cursos de formación impartidos en clubs y escuelas. En algunos países es preciso aprobar un examen de nivel nacional para ser cetrero. La celebración de encuentros y festivales permite a las comunidades de cetreros intercambiar conocimientos, fomentar la diversidad y sensibilizar más al público al valor de su arte.

Fiestas del Fuego del solsticio de verano en los Pirineos
En la región pirenaica las fiestas del fuego tienen lugar todos los años durante la noche del solsticio de verano. Cuando cae la noche, los habitantes bajan con antorchas encendidas desde las cumbres de las montañas hacia sus pueblos y ciudades, prendiendo fuego a toda una serie de fogatas preparadas a la usanza tradicional. Para los jóvenes, el descenso de la montaña es un acontecimiento de especial importancia, ya que simboliza su paso de la adolescencia a la edad adulta. Se considera que las fiestas del fuego constituyen una ocasión para regenerar los vínculos sociales y fortalecer los sentimientos de pertenencia, identidad y continuidad de las comunidades, de ahí que su celebración vaya acompañada de comidas colectivas y cantos y bailes folclóricos.
A veces se asignan funciones específicas a determinadas personas: en algunos municipios es el alcalde quien enciende la primera fogata, y en otros es un sacerdote el que la alumbra o bendice. En algunas comarcas, es el último vecino recién casado del pueblo quien enciende el fuego y encabeza la marcha de descenso desde la montaña. En otras partes, las jóvenes solteras esperan la llegada de los portadores de antorchas a los pueblos para darles la bienvenida con vino y dulces. Al día siguiente por la mañana, los vecinos recogen las brasas y cenizas de las fogatas y las llevan a sus hogares y huertos para protegerlos. Estas expresiones culturales están profundamente arraigadas en las comunidades y se perpetúan gracias a una red de asociaciones e instituciones locales. El lugar de transmisión más importante de este elemento del patrimonio cultural inmaterial es el hogar familiar, donde sus miembros lo conservan vivo en la memoria.

La experiencia del Montseny
Este proyecto, que fue creado por iniciativa de una organización no gubernamental –el Centro UNESCO de Cataluña– y tiene por objeto identificar el patrimonio cultural inmaterial en una reserva de biosfera y confeccionar inventarios, se llevó a cabo en el territorio de la Reserva de Biosfera y Parque Nacional del Montseny perteneciente la Comunidad Autónoma de Cataluña, en cooperación con instituciones y partes interesadas locales que trabajan en los campos de la etnología y la cultura popular y tradicional catalana; su formato es similar al carnaval popular. Los tres objetivos principales del proyecto fueron los siguientes: crear una metodología para la preparación de inventarios, confeccionar un inventario y elaborar un documento sobre la contribución del patrimonio cultural inmaterial al desarrollo sostenible. Además, el plan de participación del proyecto y el trabajo realizado sobre el terreno permitieron estimular la cooperación de la población local en la tarea de identificar su patrimonio cultural inmaterial. La metodología elaborada para el proyecto se puede adaptar a nivel regional e internacional, y también se puede utilizar en los países en desarrollo.
Las observaciones sobre la contribución del patrimonio cultural inmaterial al desarrollo sostenible también pueden ser útiles para los países que poseen un rico patrimonio natural e inmaterial y que, al mismo tiempo, tratan de mejorar las condiciones de vida de sus poblaciones sin poner en peligro las de las generaciones venideras.

La dieta Mediterránea
La dieta mediterránea comprende un conjunto de conocimientos, competencias prácticas, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca y la cría de animales, y también con la forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos. El acto de comer juntos es uno de los fundamentos de la identidad y continuidad culturales de las comunidades de la cuenca del Mediterráneo. Es un momento de intercambio social y comunicación, y también de afirmación y renovación de los lazos que configuran la identidad de la familia, el grupo o la comunidad. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial pone de relieve los valores de hospitalidad, buena vecindad, diálogo intercultural y creatividad, así como un modo de vida que se guía por el respeto de la diversidad.
Además, desempeña un papel esencial de factor de cohesión social en los espacios culturales, festejos y celebraciones, al agrupar a gentes de todas las edades, condiciones y clases sociales. También abarca ámbitos como la artesanía y la fabricación de recipientes para el transporte, conservación y consumo de alimentos, como platos de cerámica y vasos. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la transmisión de las competencias y conocimientos relacionados con la dieta mediterránea, salvaguardando las técnicas culinarias, respetando los ritmos estacionales, observando las fiestas del calendario y transmitiendo los valores de este elemento del patrimonio cultural a las nuevas generaciones. Por su parte, los mercados locales de alimentos también desempeñan un papel fundamental como espacios culturales y lugares de transmisión de la dieta mediterránea en los que la práctica cotidiana de intercambios fomenta la concordia y el respeto mutuo.

La fiesta de los patios de Córdoba
A principios del mes de mayo, y por espacio de doce días, tiene lugar en Córdoba la fiesta de los patios. Las casas de patio son viviendas colectivas habitadas por varias familias, o grupos de viviendas individuales, que poseen un patio en común y están situadas en el barrio viejo de la ciudad. Los patios están ornamentados con un sinnúmero de plantas de múltiples variedades cuidadosa y atractivamente dispuestas. La fiesta comprende dos acontecimientos principales: el Concurso de Patios y la Fiesta de los Patios de Córdoba. En el concurso se otorgan diversas categorías de premios en función de la ornamentación vegetal y floral de los patios, rejas y balcones. Los patios participantes en el concurso están abiertos al público durante toda la fiesta. Ésta consiste en espectáculos, organizados principalmente en los patios más grandes, donde se interpretan canciones y músicas populares cordobesas, en particular cantes y bailes flamencos.
Los vecinos, junto con sus familias y amigos, se agrupan para ornamentar los patios, que se convierten en lugares de esparcimiento y celebraciones colectivas en las que todos comen y beben juntos. La Fiesta de los Patios de Córdoba promueve la función del patio como lugar de encuentro intercultural y fomenta un modo de vida colectivo sostenible, basado en el establecimiento de vínculos sociales sólidos y de redes de solidaridad e intercambios entre vecinos, estimulando al mismo tiempo la adquisición de conocimientos y el respeto por la naturaleza.

Revitalización del saber tradicional de la cal artesanal en Morón de la Frontera
La práctica de la fabricación tradicional de la cal ha sido durante mucho tiempo una fuente de empleos para Morón de la Frontera, y también un signo distintivo de su identidad. Cuando la fabricación industrial de la cal hizo declinar la producción artesanal, los hornos caleros se dejaron de utilizar y la transmisión de conocimientos cesó. El objetivo primordial del proyecto es hacer cobrar conciencia de la importancia que reviste la práctica de la fabricación artesanal de la cal, así como mejorar las condiciones de vida de los artesanos caleros. Para ello, se fundó la Asociación Cultural Hornos de Cal de Morón, que ha creado un centro de etnografía y un museo vivo donde se presenta in situ el procedimiento de fabricación artesanal.
En el marco del proyecto, se han restaurado los hornos y se está fomentando activamente la transmisión de las técnicas de producción a las nuevas generaciones. Realizadas en cooperación con los artesanos caleros, las actividades de divulgación y sensibilización se centran en la recuperación de técnicas de fabricación expertas para su uso en construcción sostenible. También se ha impulsado la edición de publicaciones audiovisuales y la realización de demostraciones en ferias, y actualmente se está preparando la organización del Congreso Ibérico de la Cal, cuya celebración está prevista para 2012. La Asociación ha participado en un proyecto nacional de sensibilización sobre la pintura al fresco, así como en el proyecto internacional “Transferencia a Marruecos (África del Norte) del modelo de Centros de Promoción de la Artesanía”. El proyecto ha involucrado a las partes interesadas y los vecinos de Morón de la Frontera en el proceso de adopción de decisiones.

La fiesta de «la Mare de Déu de la Salut» de Algemesí
La fiesta de la “Mare de Déu de la Salut” (Nuestra Señora de la Salud) se celebra en el municipio de Algemesí, situado en la provincia de Valencia (España). Los días 7 y 8 de septiembre de cada año, unas 1.400 personas participan en representaciones teatrales, conciertos de música y espectáculos de danza organizados en los cuatro barrios históricos de la localidad: Valencia, La Muntanya, Santa Bárbara y La Capella. Las procesiones efectúan su recorrido desde la Basílica Menor de San Jaime hasta la Capella de la Troballa.
Las festividades comienzan al son del carillón de la basílica. Por la tarde del primer día, el coro y la orquesta de la Schola Cantorum interpretan las vísperas y luego, al son de las campanas, comienza la Procesión de las Promesas con Els Misteris (breves obras de teatro sacro interpretadas por niños), la elevación de torres humanas con acompañamiento de músicas tradicionales y la ejecución de danzas. Al día siguiente, en la Procesión de la Mañana, dos figuras gigantes que representan al rey Jaime I de Aragón y a su mujer Violante de Hungría se unen a los fieles; en la Procesión de la Volta Gran, que tiene lugar por la tarde, desfilan representaciones de personajes bíblicos y del Nuevo Testamento, en particular los apóstoles. La base de la continuidad de esta fiesta es la participación de la vecindad del pueblo en su conjunto. Todos los vestidos, ornamentos y accesorios de las festividades se confeccionan artesanalmente y las partituras musicales se transmiten de generación en generación.

El canto de la Sibila en Mallorca
El canto de la Sibila se interpreta la noche del 24 de diciembre en todas las iglesias de la isla de Mallorca, durante el oficio de maitines de la vigilia de Navidad. Lo entonan un muchacho o una muchacha, a quienes acompañan por lo menos dos acólitos (niños o niñas). Durante el canto van recorriendo la iglesia en procesión hasta llegar al coro: el cantante camina con una espada que mantiene erguida delante del rostro y los acólitos lo rodean llevando cirios encendidos. Al finalizar la procesión, el cantante traza una cruz en el aire con la espada. Las versiones del canto interpretadas en la isla se ejecutan a cappella, con un toque de órgano entre dos versículos, y no se apartan apenas de su origen gregoriano.
La indumentaria del cantante suele comprender una túnica blanca o de color con bordados en el cuello y el dobladillo, así como una capa. Un tocado del mismo color que la túnica completa su atuendo. Todas las parroquias de Mallorca practican este rito, en el que participan conjuntamente todas las generaciones, adultas y jóvenes, para garantizar su transmisión a la posteridad, desempeñando las funciones de cantores u oficiantes, confeccionando los vestidos y realizando diversas tareas complementarias.

El flamenco
El flamenco es una expresión artística resultante de la fusión de la música vocal, el arte de la danza y el acompañamiento musical, denominados respectivamente cante, baile y toque. La cuna del flamenco es la región de Andalucía, situada al sur de España, aunque también tiene raíces en otras regiones como Murcia y Extremadura. El cante flamenco lo interpretan, en solo y sentados generalmente, un hombre o una mujer. Expresa toda una gama de sentimientos y estados de ánimo –pena, alegría, tragedia, regocijo y temor– mediante palabras sinceras y expresivas, caracterizadas por su concisión y sencillez. El baile flamenco, danza del apasionamiento y la seducción, expresa también toda una serie de emociones, que van desde la tristeza hasta la alegría. Su técnica es compleja y la interpretación es diferente, según quien lo interprete: si es un hombre lo bailará con gran fuerza, recurriendo sobre todo a los pies; y si es una mujer lo ejecutará con movimientos más sensuales. El toque de la guitarra flamenca ha trascendido, desde hace mucho tiempo, su primitiva función de acompañamiento del cante. Éste se acompaña también con otros instrumentos como las castañuelas, y también con palmas y taconazos.
El flamenco se interpreta con motivo de la celebración de festividades religiosas, rituales, ceremonias sacramentales y fiestas privadas. Es un signo de identidad de numerosos grupos y comunidades, sobre todo de la comunidad étnica gitana que ha desempeñado un papel esencial en su evolución. La transmisión del flamenco se efectúa en el seno de dinastías de artistas, familias, peñas de flamenco y agrupaciones sociales, que desempeñan un papel determinante en la preservación y difusión de este arte.

Los «Castells»
Los “castells” son torres humanas erigidas generalmente con motivo de la celebración de festividades anuales en ciudades y pueblos de Cataluña por grupos de aficionados mantenedores de esta costumbre. Tradicionalmente, los “castells” se levantan en la plaza situada delante de la fachada donde se encuentra el balcón principal del edificio del ayuntamiento. Colocándose sucesivamente unos encima de los hombros de los otros, los “castellers” forman torres humanas de seis a diez pisos. El “tronc” de la torre, que está formado por los pisos que se elevan a partir del segundo nivel, lo mantienen en su parte inferior hasta cinco hombres extremadamente robustos sobre los que descansan muchachas o muchachos jóvenes más esbeltos. Por último, la “pom de dalt”, esto es, la sección formada por los tres últimos pisos de la torre la conforman niños y niñas.
En la formación de la “pinya”, el conglomerado humano que forma la base de la torre, puede participar, en principio, cualquiera de las personas presentes. Los grupos de “castellers” se diferencian por su indumentaria, y más concretamente por el color de sus camisas. La ancha faja con la que se protegen la espalda sirve también de punto de apoyo para los que van trepan hacia los pisos superiores de la torre. Antes y después de que se forme el “castell”, los músicos ejecutan diversas melodías populares con una dulzaina llamada “gralla”, que acompaña también el ritmo de construcción de la torre a medida que se va levantando. La técnica de formación de los “castells” se viene transmitiendo tradicionalmente de generación en generación dentro de grupos y se adquiere exclusivamente mediante la práctica.

Tribunales de regantes del mediterráneo español
Los tribunales de regantes del Mediterráneo español son instituciones jurídicas consuetudinarias de gestión del agua cuyos orígenes se remontan a la época de Al Ándalus (siglos IX-XIII). Los dos más importantes, el Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia y el Tribunal de las Aguas de la Huerta de Valencia, están reconocidos por el ordenamiento jurídico español. Los miembros de estos dos tribunales, que gozan de gran autoridad y respeto, son elegidos democráticamente y resuelven los litigios mediante un procedimiento oral caracterizado por su celeridad, transparencia e imparcialidad.
Compuesto por siete miembros representativos de diversas zonas geográficas, el Consejo de Hombres Buenos tiene jurisdicción sobre una comunidad de regantes que cuenta con 23.313 miembros. Por su parte, el Tribunal de las Aguas está integrado por ocho síndicos elegidos que representan a nueve comunidades de regantes con un total de 11.691 miembros. Además de sus funciones jurídicas, estos tribunales desempeñan un importante papel de símbolos visibles de sus respectivas comunidades, como lo demuestran los rituales observados cuando pronuncian sus fallos y su frecuente presencia en la iconografía local. Asimismo, contribuyen a la cohesión de las comunidades de regantes, velan por la sinergia de una serie de oficios (guardas, inspectores, podadores, etc.), transmiten oralmente conocimientos emanados de intercambios culturales seculares y poseen un vocabulario especializado propio salpicado de palabras de origen árabe. En suma, los tribunales de regantes no sólo son depositarios ancestrales de una identidad local y regional, sino que tienen también una gran importancia para las poblaciones locales.

El silbo Gomero
El lenguaje silbado de la isla de La Gomera (Islas Canarias), denominado silbo gomero, reproduce con silbidos la lengua hablada por los isleños: el español. Transmitido de maestros a discípulos a lo largo de siglos, es el único lenguaje silbado del mundo plenamente desarrollado y practicado por una comunidad numerosa (más de 22.000 personas). El silbo gomero reemplaza las vocales y consonantes del español por silbidos: dos silbidos diferenciados sustituyen a las cinco vocales españolas; y otros cuatro a las consonantes. Los silbidos se distinguen por su tono y su interrupción o continuidad. Una vez que han adquirido práctica suficiente, las personas pueden transmitir con silbidos todo tipo de mensajes. Algunas variantes locales permiten identificar el origen de los silbadores.
Enseñado en las escuelas desde 1999, el lenguaje del silbo gomero es comprendido por la casi totalidad de los isleños y practicado por una gran mayoría de éstos, en particular las personas de edad y los jóvenes. El silbo se utiliza también en las fiestas, incluidas las de carácter religioso. Para evitar que este lenguaje desaparezca –tal como ha ocurrido en las demás islas del archipiélago canario– es preciso reforzar su transmisión y valorizarlo en su calidad de patrimonio cultural sumamente apreciado por los habitantes de La Gomera y de todas las Islas Canarias.

Escuela Museo de Puçol
Este innovador proyecto educativo tiene dos objetivos generales: promover la educación basada en valores integrando el patrimonio cultural y natural local en el plan de estudios, y contribuir a la conservación del patrimonio de Elche a través de la educación, la formación, la acción directa y la sensibilización en la comunidad educativa. Implementado en la escuela pública rural de un solo maestro de Puçol (Elche, España) en 1968, el proyecto ha integrado con éxito el patrimonio en la educación formal. Guiados por profesores y colaboradores externos, los niños exploran, en un ambiente lúdico, el rico patrimonio de Elche en contacto con los portadores de la tradición, y contribuyen directamente a su conservación. Los niños hacen trabajo de campo, recopilación de datos, museografía y se enseñan entre sí y a los visitantes sobre el patrimonio, estudiando y explorando el patrimonio por sí mismos.
El proyecto ha capacitado a casi 500 escolares y ha dado como resultado un museo escolar con más de 61.000 entradas de inventario y 770 archivos orales, preservando el patrimonio de la vida cotidiana y promoviendo el mapeo cultural de los recursos del patrimonio local. Entre 1968 y mediados de la década de 1980, el proyecto se mantuvo dentro de los límites del distrito rural de Puçol, donde estaba ubicada la escuela. Pero a medida que se difundió el conocimiento de los valores y logros del proyecto, el alcance operativo del proyecto se hizo más amplio, involucrando primero a los restantes distritos rurales del campo de Elche a mediados de los años ochenta y luego a la ciudad de Elche en los años noventa. El proyecto es muy apreciado por la comunidad rural local, la población en general de Elche y los expertos en educación y cultura por su carácter pionero democrático, integrador y participativo, y puede servir como modelo para demostrar la viabilidad de la salvaguardia del patrimonio desde la base.

El misterio de Elche
El Misterio de Elche es un drama musical sagrado sobre la muerte, la asunción y la coronación de la Virgen. Se ha representado sin interrupción desde mediados del siglo XV en la Basílica de Santa María y en las calles de la vieja ciudad de Elche, en la región de Valencia. Constituye un testimonio vivo del teatro religioso europeo medieval y de la devoción a la Virgen.
Esta representación teatral, completamente cantada, consta de dos actos que se interpretan el 14 y el 15 de agosto. Describe la muerte y la coronación de la Virgen a través de una serie de escenas y de cuadros: la muerte de María, la procesión nocturna que siguen centenares de participantes con cirios, la procesión de la mañana, la procesión fúnebre de la tarde por las calles de Elche, la escenificación del funeral, la asunción y la coronación en la basílica. El texto está en valenciano, con algunas partes en latín. La escena se articula en dos planos: la escena horizontal, “terrestre”; y la escena vertical, “celeste”, características del teatro medieval. Una antigua maquinaria aérea produce los efectos especiales.
Más de 300 voluntarios participan cada año en la representación en tanto que actores, cantantes, directores de escena, tramoyistas, costureras e intendentes. Pero los preparativos duran todo el año. Esta tradición, que atrae a toda la población de la ciudad, está íntimamente asociada a la identidad cultural y lingüística de los habitantes de la región. El Misterio de Elche, proclamado “Monumento nacional” en 1931, está protegido por varias leyes de salvaguardia del patrimonio cultural.

La Patum de Berga
La Patum de Berga es una manifestación popular en formato de carnaval cuyo origen se remonta a las festividades que acompañaban a las procesiones del Corpus Christi en la Edad Media. Representaciones teatrales y desfiles de personajes diversos animan las calles de este municipio catalán situado al norte de Barcelona. La Patum se celebra todos los años durante la semana del Corpus, entre finales de mayo y finales de junio.
Una reunión extraordinaria del Consejo Municipal, la salida del Tabal – gran tambor emblemático de la fiesta que preside las festividades – y de los Quatre Fuets anuncian el principio de los festejos. Los días siguientes se desarrollan diversas manifestaciones, las más importantes de las cuales son las «pasadas»: la Patum de Lucimiento, la Patum Infantil y la Patum Completa. La Taba (una pandereta), los Cavallets (caballos de cartón), las Maces (demonios con mazas y látigos), las Guites (monstruos que embisten), el águila, los enanos cabezudos, los Plens (diablos de fuego) o los gigantes disfrazados de sarracenos desfilan sucesivamente por las calles realizando acrobacias, lanzando cohetes y tocando música en medio de un alborozado gentío. Todos esos personajes se reúnen para participar en el baile final, el Tirabol.
La Patum de Berga ha conservado su mezcla de raíces profanas y religiosas. Se distingue de las otras fiestas de la región por su riqueza y diversidad, la persistencia del teatro callejero medieval y sus componentes rituales. Aunque la supervivencia de la tradición parece garantizada, es preciso velar por que el fuerte desarrollo urbano y turístico no altere su valor.
